jueves, 30 de julio de 2009

Metro AM

Se subestima la emoción del viaje matutino en metro. Aparte del ahogo por hacinamiento y de los sueños inconclusos que juegan a volver con pestañeos, es increíble la fauna mental que te encuentras en el camino cada uno con distintas expectativas del día que comienza.

Es divertido imaginar las vidas de las personas, la señora enfadada con los empujones y su bolsa gigante, el estudiante con peinado raro, uñas, mochila y maquillaje negro y una tremenda sonrisa, los tipos de ropaje ancho intimidando, rayando y creando en las calles de santiago York, el ejecutivo con el ceño fruncido y un maletín de preocupaciones pesadísimo.

Pasan a segundo plano las incomodidades en esta mezcolanza de visiones de mundo que se enfrentan día a día en un combate mudo, donde solo las miradas sirven de munición y el campo de batalla cambia cada vez que hago combinación.

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